Perdón. Perdono. Me perdono.
Cuando te perdones a ti mismo podrás perdonar a todos los demás.
En una sala de #ClubHouse, discutimos el perdón. Muchos dimos vueltas por alrededores superfluos, externalizando las responsabilidades, señalando afuera aquello que es muy desagradable como para sanar adentro.
Sin embargo, todos pudimos servirnos de espejo y cada historia nos acercaba más a una sanadora verdad.
No tenemos que perdonar a nadie. La responsabilidad no la tiene tu madre. Tampoco tu padre. Tampoco el ignorante que te abusó.
La responsabilidad es tuya. Si, tuya. Ya tú lo sabías, sin embargo a veces todos nos merecemos un recordatorio con amor. Para poder continuar con el proceso de sanación. El proceso de perdonarte a ti.
Quiero que repitas estas palabras en tu mente y fusiones con ella tu máxima intención de trascendencia y sanación:
Perdono.
Te perdono.
Amo.
Te amo.
Me perdono.
Me amo.
Gracias. Lo siento.
Perdón. Perdono. Me perdono.
Amo. Soy. Todo. Gracias, infinitamente, gracias.
Algún día estarás navegando en el océano del perdón y te permitirás ahogarte sin resistencia alguna porque perdonarte a ti es perdonar al mundo; perdonar al mundo es perdonarte a ti.
Te perdono.
Perdono.
Me perdono.
- Derek Israel (escritor, podcaster, filósofo, influencer, emprendedor)