Ética Perfecta y Moralidad Divina

A pesar de que ética y moral parecen términos anticuados y aburridos, ambos son imperativos para desarrollarte a tu máximo potencial.

Cuando “lo bueno” y “lo malo” se trata de “cuan conectado está tu conducta con tus valores”, tu moral deja de ser un monigote de la sociedad y se convierte en un instrumento propio de dirección.

Ya no es la cultura quien dictamina tu juicio y evaluación, ahora es tu inteligencia interna la que establece los parámetros. A este sistema optimizado de moral, le llamo, Moralidad Divina.

En cuestión de la ética, este sistema lo divido en dos dimensiones que se complementan para optimizarte.

1.) El ideal. Si no mantienes una visión firme sobre tu versión perfecta, aún cuando sea idealizada, tu mente no sabrá a donde dirigirse, a que aspirar, cual es la meta.

2.) La conducta. La expresión conductual de este ideal en el momento presente, a través de la decisión que tomas en cada momento, la cual, te acerca o te aleja a ese gran ideal.

Cada acción te construye o te destruye.

La Ética Perfecta se trata de no fallar en acciones que comprometen la materialización continua de tu ideal.

Para resumir, la Moralidad Divina es el sistema evaluativo que juzga a las cosas como buenas o malas según tus valores internos y convicción auténtica.

La Ética Perfecta, es la dirección y aspiración a tu más alto ideal que permea tu conducta con propósitos de manifestación.

Sobre la Moralidad Divina, realicé un podcast donde explico a detalle su significado.

Pronto, estaré realizando otro episodio sobre Ética Perfecta para exponer la idea.

Si te interesa conocer más sobre Moralidad Divina, aquí te dejo el link: https://www.youtube.com/watch?v=9me_a7Vxeoc&t=1s

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