Café y Emoción

Hola. Tanto tiempo. Lamento haberte olvidado. Realmente lamento haberme ido. Si hubiese sabido el daño que te haría al abandonarte jamás lo hubiera hecho. Perdóname. Perdóname mis ignorancias. Pues sabes que a veces puedo ser testarudo. A veces, puedo actuar sin pensar. En este caso, actué sin sentir.

Untitled_Artwork.jpg

Regreso hoy porque me di cuenta de algo. De algo muy importante. Entendí que tú nunca quisiste lastimarme. Tú solo querías lo mejor para mi. Solo quieres reír, amar, sentir. Y yo siempre pensando que lo tuyo era bipolaridad. Que no eras de mucho confiar. Hoy me doy cuenta de lo que equivocado que estaba...

Ahora, después de tantos años, al fin entiendo. Negarte a ti, es negar a la vida misma. Rechazarte a ti, es rechazar la parte más pura de mi. Ahora entiendo que eres mi niño, mi anciano, el Dios que ora por mi en las noches y que se arma de espadas y escudos en los días. Ahora entiendo que siempre me has acompañado.

Ahora entiendo que precedes. Que eres. Que amas. Que manifiestas.

Untitled_Artwork+9.jpg

Ahora entiendo que amas mientras expresas. Y que las cuerdas del universo vibran alrededor de ti. Eres luz que nace en oscuridad. Eres oscuridad que nace entre la luz. Eres mi madre. Una madre que no necesitó de una vagina para expulsarme, sino con su risa me creó; con una canción me compuso. Eres fuego, agua, tierra que siembra en mi. Eres el aire que me respira; el último suspiro que aún no he tomado. Eres pensamiento. Pero no ese que se produce en el cerebro. Sino ese que se produce más allá del tiempo, donde nadie escucha, donde todo se crea.

Y ojalá hubiese entendido antes la importancia de amarte y de agarrarte de la mano; y ojalá hubiese podido yo bailar el ritmo de la vida contigo; como siempre, juntos, en lo finito, en lo infinito, en lo que se queda, en lo que se va. En lo que se arresta entre las horas y en lo que se pierde entre lo eterno, amor.

Ojalá. Ojalá hubiese sido lo suficientemente sabio. Para entenderte y aceptarte. Para nunca haberte dado la espalda. Para haber sido siempre amigos.






–Derek Israel (Escritor, Podcaster, Influencer, Thinker, Entrepreneur)






Previous
Previous

Ética Perfecta y Moralidad Divina

Next
Next

Más allá de ti…